Meditación y Salud


La investigación científica ha confirmado los beneficios de LA MEDITACIÓN para la salud. Los Institutos Nacionales de la Salud (EE.UU.) han otorgado más de 20 millones de dólares para estudiar los efectos de la MEDITACIÓN TRASCENDENTAL en la prevención y el tratamiento de enfermedades del corazón, hipertensión y accidentes cerebro-vasculares. Además, se han realizado cientos de otros estudios sobre los efectos beneficiosos de la MT para la mente, la salud, la conducta y la sociedad en más de 210 universidades e instituciones de investigación independientes en 33 países, incluyendo Harvard, Yale y la Facultad de Medicina de UCLA.


El Dr. David Servan Schreiber, habla en su libro “Anticáncer” de los experimentos llevados a cabo por la Dra. Linda Carlson sobre cáncer y MEDITACIÓN. Esta Dra. Lleva años experimentando con ambos supuestos y ahora ella y su equipo han llegado a conclusiones sorprendentes.

Estos investigadores canadienses han encontrado la primera evidencia, que sugiere que los grupos de apoyo que alientan LA MEDITACIÓN y el yoga pueden alterar realmente la actividad celular de los sobrevivientes de cáncer. Por primera vez, se ha encontrado clara evidencia biológica de que la meditación y los grupos de apoyo pueden afectarnos también a nivel celular.

Su estudio, publicado en el boletín “Cáncer” es uno de los primeros en sugerir que existe realmente una conexión mente-cuerpo.

El equipo encontró que los telómeros, los sellos de proteína al extremo de nuestros cromosomas, que determinan cuán rápidamente envejece una célula, mantenían su longitud en los sobrevivientes de cáncer que meditaban o tomaban parte en grupos de apoyo durante un período de tres meses.

Por otra parte, los telómeros de sobrevivientes de cáncer que no participaban en estos grupos se acortaban durante el mismo estudio.


Todavía los científicos no saben con seguridad si los telómeros están involucrados en la regulación de la enfermedad, pero hay evidencias que sugieren que los telómeros acortados se asocian a la posibilidad de supervivencia ante diversas enfermedades, incluyendo el cáncer de mama o el envejecimiento celular. Y se piensa que los telómeros más largos ayudan a protegernos de las enfermedades.

“Ya sabemos que las intervenciones psico-sociales como LA MEDITACIÓN consciente  ayudan a sentirse mejor mentalmente, pero ahora por primera vez tenemos evidencia de que estas también pueden influir en aspectos clave de nuestra biología”, dice Linda E. Carson, una investigadora psico-social y Tom Baker, el investigador principal en el Centro del Cáncer,  en una nota de prensa. Ella condujo el estudio conjuntamente con científicos de la Universidad de Calgary.

“Resultó sorprendente que pudiésemos ver cualquier diferencia en la longitud del telómero durante el período estudiado de tres meses dijo Carlson. Se necesita más investigación para cuantificar mejor estos beneficios potenciales para la salud, pero este es un descubrimiento estimulante que aporta noticias esperanzadoras”.


Como parte de la investigación, se monitorearon 88 sobrevivientes de cáncer de mama que habían completado su tratamiento hacía más de tres meses. La edad promedio de las participantes era de 55 años, y para ser elegibles para participar en el estudio, todas tenían que haber experimentado niveles significativos de estrés emocional.

Se separaron en tres grupos, a uno se le pidió que participara en ocho sesiones semanales de grupo, durante 90 minutos, guiadas por instructores sobre LA MEDITACIÓN CONSCIENTE y el yoga suave. A estas participantes se les pidió que practicaran la meditación y el yoga en casa durante 45 minutos diariamente. El segundo grupo se reunió durante 90 minutos cada semana durante tres meses y se alentó a sus participantes a que hablaran abiertamente respecto a sus preocupaciones y sentimientos. El tercer grupo de control simplemente asistió a un seminario de seis horas sobre el manejo del estrés.

Antes y después del estudio, a todas las participantes se les hizo análisis de sangre y se midió la longitud de sus telómeros.

Ambos grupos que asistieron a los grupos de apoyo mantuvieron la longitud de sus telómeros durante el período de tres meses, mientras que los telómeros del tercer grupo se acortaron. Los dos grupos que asistieron a reuniones regularmente también reportaron niveles más bajos de estrés y mejor estado de ánimo. 


Este es un estudio que ilustra y confirma lo que se sabe desde hace miles de años, en aquellos lugares en los que LA MEDITACIÓN ha formado parte de su cultura. A éste se suma un estudio de la Universidad de Wisconsin-Madisonha en Estados Unidos, que ha revelado que la práctica de LA MEDITACIÓN, más allá de la distensión muscular, podría generar una alteración en la expresión de los genes del ser humano.

Los investigadores compararon a un grupo de sujetos aficionados a LA MEDITACIÓN consciente con otro grupo de control que realizaba otro tipo de actividades silenciosas. En el experimento pudieron observar una serie de alteraciones moleculares en el primer equipo tras el desarrollo de la actividad, en concreto una baja regulación de los genes RIPK2 y COX2, implicados en el proceso inflamatorio, que conlleva una rápida recuperación ante una situación estresante. Los autores aseguran que se trata de una evidencia de que la práctica de LA MEDITACIÓN desencadena alteraciones epigenéticas en el genoma.

A pesar de que investigaciones anteriores habían sugerido que LA MEDITACIÓN era capaz de moldear las áreas de materia gris cerebral relacionadas con la memoria, la empatía y el estrés, y desencadenar de esta forma un importante beneficio corporal, este es el primer trabajo científico que se encarga de estudiar este tema.

Todo esto nos acerca a la comprensión de cómo nuestro estado mental afecta nuestra salud. Y es parte de un grupo creciente de investigaciones en todo el mundo, un grupo independiente de científicos italianos publicado en PLOS ONE, también mostró que el entrenamiento consciente puede cambiar la estructura de nuestros cerebros.

Por supuesto que para muchos creyentes en LA MEDITACIÓN, este descubrimiento probablemente no es sorprendente. Las investigaciones que se hicieron en los años 80 sugirieron que los pacientes de cáncer que se unen a grupos de apoyo son más propensos a sobrevivir, de igual manera, la investigación creciente muestra cómo afecta a nuestro cerebro e incluso a nuestros genes. Pero la ciencia y los profanos son bastante escépticos todavía.

El paradigma se transforma, así que dejemos que el proceso continúe para  que se genere el cambio que esperamos.



FUENTES:

Lógicaecológica
EurekAlert
Anticáncer. David servan Schreiber



Lucía Madrigal                   



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