Funciones de un Ionizador de Agua


Las funciones de un Ionizador de Agua Alcalina pueden ser descritas como una operación de dos etapas:


Etapa 1: FILTRADO

Es un hecho comprobado que el agua del grifo, lleno de desechos industriales, farmacéuticos y humanos de todo tipo, requiere de una filtración intensa para mantener la salud en óptimas condiciones. Así pues, la primera parte de cualquier buen tratamiento del agua implica la filtración de la entrada del abastecimiento de agua.

La primera cosa que hace un ionizador al agua del grifo es filtrarla, usando una combinación de control bacteriológico y de partículas que incorpora el carbón con plata-activada, el método más probado y aceptado en el mercado. El agua pasa a través de un filtro de carbón activado granulado antibacteriano que elimina lo siguiente:

Bacterias, Químicos Inorgánicos, Plomo, Químicos Orgánicos, Pesticidas, Partículas, Trihalometanos, Químicos Orgánicos Volátiles, Detergentes, Asbestos,  Virus y Polen.

Lo que NO filtra hacia fuera son minerales solubles. Esto significa que el ionizador, sin parecerse a los destiladores o a los dispositivos de ósmosis inversa, dejará consigo todos los minerales sanos que su cuerpo requiere para funcionar correctamente. Ésta es la manera que hemos tenido siempre nuestra agua, hasta regresar al punto cuando emergimos del mar.

Después de que el filtro de agua haya hecho su trabajo, ya tenemos agua mineralizada limpia lista para ionizar


Hay muchos dispositivos que demandan las cualidades mencionadas, y a los ojos del principiante puede que todas les parezcan similares. Algunos usan imanes, algunos roca magnética, algunos cerámica.

Al menos hay una manera muy clara de demostrar la eficacia de los ionizadores de agua. Para esto utilizamos dos medidas la del pH (ácido/alcalino) y la Oxidación/Reducción Potencial.

Cuando el agua del grifo llega a nuestros hogares, usualmente será un poco más neutral en el pH alrededor de 7.  Por lo tanto, será liberada de su carga eléctrica negativa y tendrá casi siempre un RPO “positivo”. Esto significa que no tiene capacidad antioxidante y que no puede asistir a nuestro cuerpo en la lucha contra los radicales libres, que no hacen otra cosa que robarnos energía cuando la bebemos.

La medida de esta carga positiva o negativa se expresa en milivoltios, así que una lectura de RPO en nuestro medidor sobre el agua del grifo, mostrará, muy probablemente, alrededor de +350 milivoltios. Después de que haya pasado a través de los filtros de Ionización del Agua, la medición dará como resultado entre -150 hasta -650mv (dependiendo de la cantidad de minerales solubles en el agua y en el pH original de la misma).

Algunos vendedores de dispositivos demandan efectos antioxidantes porque sus unidades de agua reducen la carga positiva (+350mv). Pero sólo cuando el agua demuestra un RPO negativo (menor de cero) es capaz de proveer antioxidantes. La medición de alcalinidad es parecida. Como ya mencionamos, el agua llega a nuestros hogares con una alcalinidad suave, que es mejorada con la ionización.

Los científicos en la universidad de Shiga en Japón han conducido una investigación a largo plazo en alcalinidad óptima del agua potable para la salud, y la han determinado de entre pH 8 hasta 9.5.


Debemos, por tanto, tener en cuenta que:

La Ionización nos proporciona una carga negativa en el agua potable para que sea ante todo un buen antioxidante.

Con un buen Ionizador podemos ajustar el PH del agua a cada usuario o miembro de la familia.

El éxito de los filtros de ionización de agua por todo el mundo es debido sobre todo a la unión de la tecnología y la antigüedad de los principios del agua bajo la forma de pH automatizado y de las capacidades de RPO.


Etapa Dos: IONIZACIÓN

Tras el filtrado el agua entra en el compartimiento de Ionización. Aquí encuentra una corriente eléctrica de bajo voltaje muy específica que pasa a través de ella, la cual ocasiona que los minerales solubles sean atraídos a un “polo positivo” o un “polo negativo” dependiendo de su propia valencia, o firma eléctrica de energía. Cuando esto sucede, el agua se separa en corrientes alcalinas y ácidas. Bebemos el agua alcalina y utilizamos el agua ácida externamente, para la piel, curarnos heridas, las plantas y desinfectar.

Esta función está bajo la mirada de los controles del ionizador de agua, un estado sólido abordo de la computadora (MICOM) que determina el voltaje exacto para cada usuario, elegida por una simple presión a un botón.

La verdadera eficiencia de este proceso radica en el hecho de que los minerales en el agua que fluyen hacia fuera con el agua alcalina son todos beneficiosos, mientras que los minerales que fluyen hacia fuera con el agua ácida, en realidad, no lo son. Así, bebemos agua alcalina purificada, beneficiosa y mineralizada. Los minerales y los compuestos del mineral, tales como fluoruro, fluyen hacia fuera en el agua ácida. Al mismo tiempo, el agua alcalina experimenta un cambio profundo. De H20 ordinario se convierte en OH-. Esto significa que se convierte en una poderosa fórmula antioxidante en un nivel atómico. También significa que cambia la agrupación molecular. En vez de “apiñarse” en grandes grupos de 12 moléculas de agua, los grupos son mucho más pequeños (alrededor de la mitad de su tamaño).
Este cambio de la forma molecular también quiere decir, según el Dr. Hayashi del Instituto Japonés de Agua, que éste gana la capacidad de penetrar el tejido fino y las membranas celulares mucho más fácilmente. Por esto mucha gente experimenta efectos de desintoxicación en las primeras semanas al beber el agua, pues se infiltran áreas que no han sido accesibles con H2O ordinario. Esto es lo que llamamos agua ‘Microagrupada’.

Estos dos pasos explican los procesos que se producen al ionizar el agua que llega a nuestros hogares. El agua obtenida tras la ionización es un agua muy beneficiosa para nuestra salud, casi tanto como lo sería obtenerla de un manantial de agua pura no contaminada.




Lucía Madrigal                 



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