Salud Cerebral


Pautas para proteger la salud del cerebro y evitar el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas:

Limpiar nuestro cuerpo de todos los tóxicos acumulados a lo largo de la vida.


Promover una alimentación limpia, abundante en vegetales verdes, frutas, semillas y grasas de calidad.


Evitar el azúcar refinado y la fructosa. Lo ideal sería mantener los niveles de azúcar a un mínimo y el consumo total de  fructosa inferior a 25 gramos por día, o  sólo 15 gramos por día si se tiene resistencia a la insulina o algún problema relacionado con ella.
Evitar el gluten (principalmente de trigo). Las investigaciones demuestran que la barrera hematoencefálica, la barrera protectora, se ve afectada negativamente por el gluten. El gluten también crea un intestino más permeable, lo cual permite que las proteínas entren en el torrente sanguíneo, donde no deberían estar. Eso sensibiliza el sistema inmunológico y promueve la inflamación y la autoinmunidad, ambos juegan un papel muy importante en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.


Optimizar la salud de la flora intestinal, consumiendo regularmente alimentos fermentados.


Aumentar el consumo de todas las grasas saludables, aceitunas, aceite de oliva virgen extra de primera presión en frio y aceite de coco, frutos secos como nueces, aguacate, nueces de macadamia…


Contrario a lo que se cree, el combustible ideal para el cerebro no es la glucosa, sino las cetonas. Las cetonas son lo que el cuerpo produce cuando convierte la grasa en energía. Los triglicéridos de cadena media (MCT) presentes en el aceite de coco son una gran fuente de cuerpos cetónicos, ya que el aceite de coco tiene aproximadamente 66% de MCT. De hecho, las cetonas parecen ser la fuente preferida de alimento para mejorar el funcionamiento  del cerebro, en los pacientes afectados por diabetes o Alzheimer.

Un alto consumo de grasas omega-3 EPA y DHA ayuda a prevenir el daño celular causado por la enfermedad de Alzheimer, ayudando a disminuir su progresión, y a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad. Una buena fuente de Omega 3 vegetal son el lino o la chía.

Reducir el consumo total de calorías o practicar el ayuno.  Solo un día de ayuno puede ayudar a resetear el cuerpo, y empezar a quemar grasa en lugar de azúcar.


Mejorar los niveles de magnesio. Una investigación preliminar sugiere firmemente la disminución en los síntomas de Alzheimer con el aumento de los niveles de magnesio en el cerebro. 


Optimizar los niveles de vitamina D mediante la exposición solar segura. Se han revelado fuertes vínculos entre los niveles bajos de vitamina D y el Alzheimer. Los investigadores creen que los niveles óptimos de vitamina D pueden aumentar la cantidad de importantes químicos en el cerebro y proteger las células, al aumentar la eficacia de las células gliales y restablecer la salud de las neuronas dañadas.

La vitamina D también tiene propiedades anti-inflamatorias y de estimulación inmunológica. Suficiente vitamina D es indispensable para el buen funcionamiento del sistema inmune para combatir la inflamación que también se asocia con la enfermedad de Alzheimer.

Mantener los niveles de insulina en ayunas en valores óptimos. Esto está indirectamente relacionado con la fructosa, el consumo granos, de alimentos procesados y la falta de ejercicio. La reducción de la insulina también ayudará a disminuir los niveles de leptina, que es otro factor importante para la enfermedad de Alzheimer.


Llevar una alimentación nutritiva, rica en ácido fólico. Los vegetales, sin duda alguna, son la mejor forma de folato, y todas las personas deberíamos consumir muchos vegetales crudos todos los días.


Evitar  y eliminar el mercurio  del cuerpo. Las amalgamas dentales son una de las principales fuentes de toxicidad de metales pesados.


Evitar el aluminio, presente en desodorantes, utensilios de cocina antiadherentes, vacunas, etc.


Hacer ejercicio regularmente. Se ha sugerido que el ejercicio puede desencadenar un cambio en la forma en que la proteína precursora amiloidea se metaboliza, retrasando así la aparición y progresión de la enfermedad de Alzheimer. El ejercicio también aumenta los niveles de la proteína PGC-1 alfa. Las investigaciones también han demostrado que las personas con Alzheimer tienen menos PGC-1 alfa en su cerebro. 


Evitar las vacunas contra la gripe ya que la mayoría contienen mercurio, un conocido agente neurotóxico e inmunotóxico.


Comer bayas azules. Las moras silvestres, que tienen un alto contenido en antioxidantes y antocianinas, son excelentes para proteger del Alzheimer y otras enfermedades neurológicas. Sin embargo, hay que evitar los excesos.


La estimulación mental, sobre todo aprender algo nuevo, como aprender a tocar un instrumento o un nuevo idioma, está relacionado con un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer. Los investigadores sospechan que el desafío mental ayuda a desarrollar el cerebro, haciéndolo menos susceptible a las lesiones asociadas con la enfermedad de Alzheimer.

Evitar los anticolinérgicos y los medicamentos con estatinas. Se ha demostrado que los medicamentos que bloquean la acetilcolina, un neurotransmisor del sistema nervioso, aumentan el riesgo de demencia. Estos medicamentos incluyen ciertos analgésicos durante la noche, antihistamínicos, pastillas para dormir, ciertos antidepresivos, medicamentos para controlar la incontinencia, y ciertos analgésicos narcóticos.


La salud cerebral está relacionada con la salud de todo nuestro cuerpo.

Cuando nuestro cuerpo está sucio y tóxico,  no tiene una nutrición y una hidratación  adecuada o seguimos pautas de vida poco saludables, enfermamos.

Todos los problemas de salud tienen la misma raíz.

Las pautas aquí dadas nos pueden ayudar a promover la salud o a recuperarla.



Lucía Madrigal                  



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