Soja y Salud, un Mito


Según Kriss Gunnars, experto nutricionista, el meteórico ascenso de la Soja como un "alimento saludable" es un ejemplo de cómo una estrategia perfecta de marketing inteligente puede engañar a millones de personas. A finales del siglo XX, una avalancha de publicidad, convirtió a la Soja en un alimento “esencial”, para resolver los problemas de menopausia, bajar el colesterol, proteger el sistema cardiovascular, prevenir el cáncer…Más aún, con la Soja se podía paliar el hambre en el mundo.

Sin embargo, miles de estudios  han relacionado a la  Soja con una serie de problemas de salud. A esto podemos añadir, que aproximadamente el 90% de los cultivos de soja en el mundo son transgénicos, lo que sólo agrava los riesgos de su consumo.


Aunque la Soja tiene un alto contenido proteico, su valor biológico se ve limitado por la deficiencia en aminoácidos esenciales azufrados (metionina, cisteína) y por la deficiencia de inhibidores de las proteasas (enzimas como la tripsina, necesarias para degradar su proteína). El factor inhibidor de la soja no se inactiva con la cocción o los procesos industriales. Las consecuencias son mala digestión, déficit de crecimiento, trastornos gástricos, agotamiento pancreático, deficiencia de B12… 


La industria alimentaria ha encontrado en la Soja muchas aplicaciones, dado su bajo coste, su versatilidad y su fama de alimento con valor nutricional y terapeútico, No obstante, esto no exime su consumo de controversia y problemas reales. Los métodos industriales utilizados para obtener la proteína de soja o el aislado de proteína  son sumamente agresivos y no eliminan por completo  el inhibidor de la tripsina, pero desnaturalizan la proteína y generan nitritos cancerígenos y lisinoalanina, una toxina cancerígena. 

Además, como estos productos resultantes tienen un fuerte sabor a legumbre, sin saborizantes y endulzantes son difíciles de consumir, así que tienen muchos aditivos, por lo que el resultado se aleja bastante de la soja natural. En cualquier caso, la simple harina de soja para hacer hamburguesas, por ejemplo, aunque sea natural, tiene los problemas, ya comentados de digestibilidad y asimilación de nutrientes. No cabe duda, de que el consumo de cualquier producto con soja en cualquiera de sus variantes, ocasiona múltiples problemas nutricionales y muchos problemas de salud.

Además, la proteína vegetal texturizada se usa mucho en la industria alimentaria, podemos encontrarla en montones de productos comunes, aunque su uso incrementa la demanda de vitaminas E, K, D y B12 y crea síntomas de deficiencia de calcio, magnesio, manganeso, molibdeno, cobre, hierro y zinc.


Encontramos proteína de soja o soja texturizada en: bebidas, panificados, leches de soja, bebidas dietéticas, bebidas para deportistas, fiambres, imitaciones cárnicas, helados, barritas de cereales, productos lácteos...

Entre los problemas de salud con los que las investigaciones han relacionado a la soja están: El cáncer de mama, el daño cerebral cognitivo y las enfermedades de corazón, los trastornos de la glándula tiroides, cálculos renales, disfunción inmune, alergias conflictivas, desnutrición y problemas digestivos, problemas en el embarazo y la lactancia, trastornos en el aparato reproductor y la fertilidad y anomalías en el desarrollo de los bebés.

La degradación de la proteína de soja ocurre tan sólo con procesos de fermentación de  duración larga y variable, que dan lugar a los que conocemos como fermentados de soja. Los fermentados de soja son saludables ya que, el problema de la degradación de la proteína es inexistente en ellos  y aportan la calidad indiscutible de los alimentos así procesados. Estos productos son saludables y pueden ser tomados sin problemas.




 Lucía Madrigal               



1 comentario :

  1. El artículo es muy interesante pero me queda la duda de si el yogur de soja llevaría el proceso de fermentación necesario para q este alimento sea saludable.

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