Mejorar la Flora Intestinal con los Hábitos Adecuados


El intestino tiene funciones importantísimas, una de las cuales, es decidir lo que entra en nuestro interior y descartar todo lo que no se requiere o necesita, para que sea expulsado como materia fecal.

Esta función la realiza, regulando su propia piel o epitelio. Según la medicina china, todo nuestro cuerpo está conectado y todos nuestros órganos tienen funciones globales, lo que significa que el intestino y su buen o mal funcionamiento afectan a todo el resto del organismo. 


En concreto, además, nuestro intestino regula todos los epitelios del cuerpo, lo que significa que regula el epitelio propiamente dicho, es decir, la piel, eczemas, psoriasis y otros problemas pueden tener que ver con esto. Regula el epitelio de las mamas, donde se generan displasias, cáncer de mama… Regula el epitelio de los pulmones, bronquitis, asma, cáncer de pulmón… pueden estar relacionados con lo mismo. Regula el epitelio de los vasos o endotelio, relacionados con el cual, están todos los problemas de circulación sanguínea, desde varices a infartos. Regula el epitelio de la retina, que es el más complejo del organismo con catorce capas, el de los huesos o periostio, donde se generan artritis, artrosis… Regula como vemos mucho de nuestro funcionamiento corporal.

Dado que el 80% de los cánceres son de origen epitelial, el intestino es el protagonista principal en la génesis de los mismos. Por otro lado, cuando el intestino se inflama, se desequilibra su función de absorción de líquidos y el organismo también se inflama, “retenemos” y  nos sentimos hinchados. Este aumento de líquidos afecta al corazón que tiene que bombearlos. Del mismo modo, la retención es indicativa de nuestra toxicidad, del mal estado de nuestra flora y de la paralización de funciones corporales vitales.

Además de promover una limpieza interna intensa y gradual de todas las toxinas acumuladas en nuestro intestino, una manera eficiente de mejorar la flora intestinal es nutrirnos con una dieta adecuada, limpia de tóxicos y básicamente alcalinizante.


Antes de preocuparnos por los alimentos que benefician la regeneración de la flora, hemos de ocuparnos de evitar y eliminar algunos productos alimenticios de nuestra dieta:

Los Granos ya que contienen gluten  y son particularmente perjudiciales para la microflora y la salud en general.

El azúcar, ya que promueve el crecimiento de la levadura y otros hongos patógenos.

Los Alimentos Transgénicos, ya que contienen una de las mayores cantidades de glifosato. Este herbicida agrícola ha demostrado disminuir la cantidad de microbios, y tiende a atacar preferentemente a las bacterias beneficiosas. Además no se elimina fácilmente con el lavado de frutas, verduras y hortalizas y se elimina mal.


Los Alimentos Procesados ​​y Pasteurizados, ya que perjudican a las bacterias benéficas.

Las Carnes y Productos Cárnicos de animales alimentados convencionalmente; Muchas de las carnes en venta proceden de animales tratados con antibióticos y alimentados con piensos transgénicos.

El Agua del Grifo Clorada, ya que el cloro mata no sólo las bacterias patógenas en el agua, sino también, las bacterias benéficas en el intestino.

La Leche y los Lácteos, ya que tienen un enorme poder alérgeno y están relacionados con muchos problemas intestinales, incluso hernias por la presión que ejercen al producir inflamación.


Una alimentación adecuada para el intestino debe carecer de alimentos endulzados, ser rica en alimentos  enteros, de procedencia ecológica, a ser posible y sin procesar, y abundante en alimentos tradicionalmente fermentados o cultivados. Los alimentos fermentados son también utilizados para curar y sellar el intestino, nos aportan enzimas y ayudan a la regeneración de todas nuestras bacterias benéficas.

Un buen objetivo para mejorar nuestra salud intestinal, debería ser introducir vegetales fermentados con cada comida, e ir aumentando gradualmente las dosis que ingerimos. Podemos considerar comenzar con sólo una cucharadita o dos, un par de veces al día, y aumentar las dosis según la tolerancia. Incluso se puede empezar por beber una cucharadita del escabeche de los vegetales fermentados, que es rica en los mismos microbios benéficos.

También es muy beneficioso beber Kéfir de agua, por las enzimas y bacterias benéficas que nos aporta.

Además de una alimentación inadecuada, el microbioma también se ve afectado por una variedad de factores ambientales y por el estilo de vida.
Algunos de los Factores más Significativos son:

Los Antibióticos (no deben usarse si no es necesario. Si eso se hace necesario, es aconsejable repoblar el intestino con alimentos fermentados o, en su defecto, usar un suplemento probiótico de alta calidad).

Los NSAIDS, (Medicamentos Antiinflamatorios no esteroideos porque dañan las membranas celulares y alteran la producción de energía por parte de la  mitocondria).

Los Inhibidores de la Bomba de Protones, (medicamentos que bloquean la producción de ácido en el estómago, como Prilosec, Prevacid y Nexium).

El Jabón Antibacterias,  deja la piel y las mucosas desprovistas de su protección natural.

El Estrés, ya que, para empezar, impide una digestión adecuada.

La Contaminación, para cuya explicación, sobran las palabras.

La falta de exposición al exterior puede ocasionar problemas en el Microbioma. Esta tendencia puede de hecho, ser uno de los factores que impulsan al aumento de las alergias en el mundo moderno. Los seres humanos necesitamos el contacto con la tierra y utilizamos las bacterias benéficas de la misma. 


Algunos estudios, incluso han determinado, que si se tienen plantas y flores alrededor de la casa, no sólo se es propenso a tener una gran variedad de bacterias en la piel, sino también, se es menos propenso a ser alérgico. Nuestra simbiosis con las bacterias buenas es perfecta.

Somos ecosistemas y dependemos de estos microorganismos. El descubrimiento del Microbioma  abre nuevas vías de investigación y avance para la ciencia moderna.




Lucía Madrigal                  



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