La Resistencia a la Insulina


La insulina es una hormona que se produce en nuestro páncreas, concretamente en las células Beta-pancreáticas, que tiene la misión de facilitar que la  glucosa que circula en la sangre penetre en todas las células corporales y sea aprovechada como energíaEsto significa que ayuda a controlar el nivel de glucosa (azúcar) en la sangre.

Cuando el nivel de glucosa (azúcar) en la sangre se eleva, el páncreas empieza a producir insulina, la cual se adhiere a las células y funciona como una especie de llave para permitir que la glucosa entre en  ellas. La glucosa es su principal fuente de energía. 


La resistencia a la insulina es una alteración genética o adquirida de la respuesta de los tejidos a la acción de la insulina, lo que significa que la resistencia a la insulina se produce cuando el organismo deja de reaccionar a la acción de la misma, es decir,  cuando las células se vuelven literalmente resistentes al efecto de la insulina en ellas.

Si la insulina no funciona bien, nuestras células necesitan cada vez más de esta hormona para permitir que la glucosa entre en  ellas y esto hace que los niveles de azúcar en sangre suban y la energía celular baje. Cuando esto ocurre, el páncreas sigue produciendo cada vez más insulina en respuesta a la elevación de la glucosa, pero el cuerpo no reacciona como debe, los niveles de azúcar en sangre empiezan a aumentar sin que nada los controle y se desarrollan enfermedades como pre-diabetes, diabetes tipo 2, endurecimiento de las arterias (Ateroesclerosis) o enfermedades del corazón, entre otras muchas relacionadas con el mal funcionamiento del metabolismo.

¿Cuándo tenemos resistencia a la insulina? ¿Cuáles son los síntomas?

Las pruebas sanguíneas y el diagnóstico médico son lo único que puede responder con certeza a esta pregunta, pero aquí hay algunos síntomas que se pueden experimentar:

Fatiga (por la mañana, por la tarde, o todo el día).

Falta de Lucidez Mental, Dificultad para Concentrarse.

Pérdida de Creatividad y de Memoria, Problemas de Aprendizaje.

Hipoglucemia (temblores, excitación o mareos que se alivian al comer).

Antojos de Dulces y Carbohidratos.

Gases Estomacales.

Somnolencia después de la Comida.

Aumento de Peso y Grasa Corporal en Exceso (grasa abdominal).

Presión Arterial Alta.

Depresión.


¿Qué favorece la resistencia a la insulina?

La respuesta es sencilla y hemos hecho alusión a ella en varias ocasiones. Comer dietas altas en carbohidratos, azúcar, edulcorantes artificiales, fructosa, alimentos procesados y comida rápida, llevar una vida sedentaria y la ingesta deficiente o la carencia de vegetales, semillas y frutas en nuestra alimentación. Es importante también, que tengamos en cuenta el hecho de que nuestros alimentos estén poco cocinados, preparados a bajas temperaturas o crudos, ya que así  están llenos de energía y nutrientes, que nuestro cuerpo, en su infinita sabiduría aprovecha.

En realidad comer pocos hidratos de carbono no debe entenderse como una dieta, ya que no es algo temporal, sino que debe verse como un nuevo hábito de carácter permanente. Ésta es una buena decisión, si es que se quiere disfrutar de los beneficios que éste nuevo hábito nos reporta, no solo para la reducción de peso corporal, sino también, para la mejora de nuestra salud.

La insulina tiene tres Efectos Nocivos, cuando se libera en grandes cantidades:

En el proceso de eliminar el nivel de azúcar en la sangre, bloquea el que las células grasas puedan liberar su contenido.

Ordena al cuerpo que almacene grasas, mientras haya azúcar en sangre que podamos usar como combustible.

Envía señales al cuerpo de que necesitamos más hidratos de carbonos, es decir, crea el anhelo de más carbohidratos, a los que nos hacemos gradualmente más adictos.


Ya que es la insulina la culpable de estos problemas, nuestra dieta no debería llamarse “dieta baja en carbohidratos” sino dieta baja en insulina. Esto significa que es muy importante mantener un nivel bajo de insulina en nuestro cuerpo.

Podríamos hablar de una “dieta alta en proteínas”, “dieta alta en fibras”, “dieta alta en grasas”…da igual, tan solo hay que entender que ni las grasas, ni las proteinas, ni la fibra aumentan la insulina en el cuerpo. Solo los hidratos de carbono incrementan la liberación de la misma, y aunque se suele decir que son los hidratos simples los causantes de los verdaderos problemas para salud y que estos no deberían ser consumidos, todos los hidratos de carbono, tal como se ingieren actualmente, son perjudiciales para nuestro cuerpo. De hecho, en todas las pirámides nutricionales los podemos encontrar en las bases, lo que significa que hasta hoy han estado sobrevalorados.

Cuando hay muy poca insulina, nuestro cuerpo pasa a quemar grasas. Esta llega a ser el combustible principal. Es curioso que muchas personas identifiquen la ingestión de hidratos de carbono con la necesidad de glucosa por parte de nuestras células, parece que son nuestra única posibilidad de obtener energía, es decir, si no como carbohidratos, no puedo funcionar activamente. Sin embargo, nuestro cuerpo saca energía limpia de otros alimentos, con composiciones equilibradas de proteínas, grasas y carbohidratos, que  no suben los niveles de insulina, tanto como para que nuestro organismo se vea afectado.

Es importante, no confundir la resistencia a la insulina, con la poca o ninguna secreción de la misma por parte del páncreas. La resistencia a la insulina está relacionada con múltiples problemas de índole metabólico, entre los que se encuentra la diabetes, pero ese no es el único problema al que está asociada. Cuando hay resistencia a la insulina, la célula no permite que la misma se fije en ella para favorecer la entrada de glucosa en su interior. Esto hace que la glucosa no pueda ser aprovechada como energía, pero el páncreas produce insulina y en grandes cantidades, puesto que la demanda es muy grande, debido a la gran ingestión de azucares.

Si se desea bajar de peso de forma rápida, mantener el peso corporal por mucho tiempo y mejorar la salud, entonces lo que necesitamos es una dieta baja en insulina. Este tipo de dieta tiene además la ventaja de que se pierde peso, pero el músculo se mantiene, siempre que la alimentación sea equilibrada y se haga ejercicio.

Es difícil, en muchas ocasiones, imaginar una dieta sin la cantidad de carbohidratos a los que estamos acostumbrados, desde que somos muy pequeños. Sin muchas patatas, arroz, pasta, dulces, azúcar, galletas, helados, cereales… ¿qué podemos hacer? ¿Qué comemos?

Sin embargo, poco a poco es fácil acostumbrarse e intentarlo nos reporta muchas sorpresas agradables. Los primeros días se pasa por un proceso de desintoxicación, no podemos olvidar que en las dietas occidentales hay un abuso masivo de carbohidratos y que esto genera adicción. Pero este anhelo va desapareciendo podo a poco y sentimos que comemos lo suficiente, que no tenemos hambre, y que el peso disminuye. Cada vez pensamos menos en los hidratos de carbono. Mientras sigamos alimentándonos bien, tendremos energía suficiente, estaremos saciados, sin hambre y cada vez pensaremos menos en los dulces, los procesados, los almidones…hasta que la obsesión por los alimentos y la comida desaparezca.


Es un Reto Saludable, ¿Qué te parece?



Lucía Madrigal               



3 comentarios :

  1. Excelente el comentario o las instrucciones. En parte lo llevamos a la práctica y ahora lo haremos mejor. Gracias.

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  2. Excelente el comentario o las instrucciones. En parte lo llevamos a la práctica y ahora lo haremos mejor. Gracias.

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