10 Mitos Nutricionales Peligrosos


Existe mucha desinformación con respecto a la nutrición  y lo que nuestro cuerpo requiere para mantenerse saludable. Los medios y la TV se limitan a promover productos y campañas dirigidas por las grandes multinacionales de la comida, a las personas que, por lo general, compran lo que se les dice sin ningún cuestionamiento. El primer paso para promover cualquier cambio es empezar a preguntarte si realmente lo que se te dice es verdad ¿Qué hay detrás de cualquier afirmación categórica con respecto a lo que comemos y demás? Sólo nosotros podemos cambiar las cosas, dejando de lado los condicionamientos, deshaciendo mitos y cambiando el carro de la compra.


Mito 1 - Si un poco es bueno, más es mejor.

Nuestro cuerpo necesita, por un lado calorías y por otro nutrientes. Constantemente nos cuestionamos si lo que estamos ingiriendo es lo correcto y en las proporciones correctas. Cuando escuchamos que algo es bueno, corremos a comprarlo, pero normalmente lo que se nos ofrece como bueno no es un alimento en estado natural, sino el componente principal de ese u otros alimentos. No obstante, comer mucho de un componente nos desequilibra, porque todas las células trabajan en armonía con las demás y todos los nutrientes tienen que estar en su proporción adecuada. La naturaleza conoce las proporciones correctas, así que, deberíamos optar por el alimento tal como ella nos lo ofrece y dejar los suplementos y los concentrados de nutrientes, porque estos pueden tener efectos nocivos para la salud. El alimento en estado puro es el que nuestro cuerpo necesita.


Mito 2 - Un poco no hace daño.

Cuando creemos que un “poco” no hace daño, tendemos a repetir los “pocos”, de manera que, el estado inflamatorio producido por el primer “poco” se agranda cada vez más. Podemos definir la inflamación como una reacción defensiva desencadenada por estímulos nocivos de diversa naturaleza: Físicos, químicos y microorganismos como bacterias, hongos y parásitos. El carácter defensivo se entiende desde el punto de vista local, aunque una inflamación nos puede conducir a la muerte si se desarrolla en órganos vitales. La inflamación crónica es también peligrosa e impide al cuerpo sanarse a sí mismo si no quitamos los “pocos”. Nuestro sistema inmune se queda sin capacidad de respuesta ante la avalancha de elementos nocivos, nuestros órganos de eliminación se saturan y enfermamos. Nos engañamos, por tanto, cuando nos decimos: “un poco no hace daño”, porque los pocos son muchos y la acumulación es peligrosa. Simplemente di NO a lo que es nocivo para ti.


Mito 3 - necesitamos un tipo especial de proteína en nuestra dieta.

En la naturaleza la forma sigue a la función. Como podemos ver en el cuadro, no somos carnívoros, ni omnívoros, ni herbívoros, estamos diseñados para comer, frutas, vegetales y nueces. Comer proteína animal es coger la proteína metabolizada por otro ser vivo y hacerla nuestra, pero no podemos hacer nuestra una molécula tan grande, no la podemos digerir, antes tenemos que hidrolizarla y de ella tomar los aminoácidos que necesitamos. Es un trabajo doble y un gasto energético enorme para nuestro cuerpo.


No necesitamos matar para comer. Nuestra fisiología digestiva nos define como frugívoros y esto es el resultado de un proceso evolutivo. Hay 20 aminoácidos en todos los seres vivos y estos se combinan de una manera diferente en cada uno de ellos para formar proteínas. Las plantas cogen energía del sol y con ella forman aminoácidos que los animales comen, la de los animales es como vemos una proteína de segunda mano. Todas las plantas comestibles tienen los aminoácidos que necesitamos. NO requerimos de ninguna proteína especial porque todas están a nuestra disposición desde las plantas.


Mito 4 - Los carbohidratos elevan la insulina, mientras que las proteínas la bajan.

Básicamente los vegetales completos, incluidos los granos, no suben la insulina, la suben más las proteínas, de hecho la proteína animal estimula la secreción de insulina y  puede llegar a ser un estímulo tan potente para la insulina como los mismos carbohidratos refinados. ( dato extraído del artículo “insulin. An Undeserved bad reputation” publicado en weightology weekly).

A continuación están los resultados de un estudio que comparó los efectos en la insulina de 4 tipos diferentes de proteína después de una comida. Este estudio es interesante porque se hicieron batidos con todas las diferentes proteínas (incluso batidos de atún). Los batidos sólo contenían 11 gramos de carbohidratos y 51 gramos de proteína. Aquí está la respuesta de la insulina:


Puede verse que todas las diferentes proteínas produjeron una respuesta en la insulina a pesar del hecho de que los carbohidratos en el batido eran bajos. También hubo distintas respuestas según el tipo de proteína, siendo la whey la que indujo una respuesta mayor.


Mito  5 - La soja es la fuente de estrógenos más potente.

La leche de vaca tiene muchos más estrógenos que la soja, La vacas lecheras están amamantando a un ternero cuando son preñadas otra vez, y así sucesivamente, lo que genera un torrente continuo de estrógenos. Según datos extraídos de los 20 años de trabajo de  investigación del doctor Mark Mesna, los estrógenos animales promueven cáncer de los órganos reproductores, sin embargo la soja reduce el riesgo de cáncer de mama y próstata y puede también proteger contra el infarto. Si quieres consumir soja, esta tiene que ser no transgénica y de producción ecológica.


Mito 6 - La leche de vaca es la mejor fuente de calcio.

El calcio es un mineral y los minerales son parte de la tierra, de allí el calcio es absorbido por las raíces de las plantas que necesitan este mineral para su metabolismo. Si una planta sobrevive en un lugar es porque allí hay calcio disponible para ella. Las vacas pastan y toman este calcio de las hojas verdes, ellas no lo tienen, simplemente lo recogen y lo asimilan según sus necesidades metabólicas y en la proporción, con respecto a otros minerales, que ellas necesitan. Si tomamos vegetales verdes, nuestro cuerpo metabolizará ese calcio en las proporciones adecuadas para nosotros. Otros factores importantes para el metabolismo del calcio son la vitamina D que tomamos del sol y el ejercicio.


Mito 7 -  El calcio hace tus huesos más fuertes.

El calcio es un mineral frágil por lo que él en sí tiene poco efecto en el riesgo de fracturas. Las paredes de los huesos están hechas de proteínas. Por otro lado demasiado calcio es tóxico, cuando sobra, se deposita en las arterias y en otros lugares de nuestro cuerpo.

Hay estudios que demuestran que la medida estándar utilizada para tratamientos exitosos es una que proporciona básicamente beneficios médicos, es decir, no sirve para saber cuánto calcio tenemos en nuestros huesos. Los suplementos de calcio mejoran la densidad mineral del hueso, pero son ineficaces para reducir el riesgo de fracturas y podrían incluso incrementar los problemas cardiovasculares. Además no contribuyen a reducir los problemas óseos a personas con dietas inadecuadas. Ocurre lo mismo si en lugar del suplemento tomas productos lácteos, su consumo está vinculado, además, a otros múltiples problemas. Las plantas nos abastecen de todos los minerales que necesitamos en las proporciones adecuadas.


Mito 8 - El pescado o el aceite de pescado es tu mejor fuente de omega 3.

Los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6  son esenciales y el cuerpo, por la estructura de nuestro metabolismo, no puede elaborarlos. Nuestros ancestros comían plantas silvestres, que nosotros hemos domesticado a consta de su omega 3, así que nuestros ancestros tenían una dieta más rica en Omega 3. Los peces toman de las algas este ácido graso esencial y nosotros podemos hacer lo mismo, por otro lado, el pescado está muy contaminado, los peces grandes, sobre todo, tienen una acumulación muy grande de metales pesados, especialmente mercurio y cadmio y además el pescado tiene colesterol.

La mejor fuente de Omega 3 del reino vegetal es el lino, es de bajo costo y muy versátil, tiene mucha fibra y fitoquímicos beneficiosos y ayuda a mantener el sistema digestivo. Lo recomendable es tomar dos cucharadas molidas al día y podemos añadirlas a cualquier comida, batidos, ensaladas, sopas…


Mito 9 – Los asados de carne animal son saludables.

Se suele pensar que la carne ecológica al horno o a la parrilla es más saludable que la carne convencional, pero cualquier carne procesada de esta manera es muy tóxica. Se producen carcinógenos especialmente hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y aminas heterocíclicas (AHC) que son sustancias químicas que se forman al cocinar, freír, asar o hacer a la parrilla, carne de músculo, vaca, cerdo, aves, incluso pescado a altas temperaturas. Ambos son compuestos mutagénicos, es decir, producen cambios en el ADN que promueven la aparición del cáncer. Las aminas heterocíclicas y los hidrocarburos aromáticos policíclicos pueden dañar el ADN sólo después de ser metabolizados por enzimas específicas del cuerpo, un proceso que se llama bioactivación y este proceso es diferente en cada individuo.


Mito 10 – Deberíamos distribuir nuestra comida en proteínas, grasas y carbohidratos.

Si comes vegetales, no tiene que preocuparte por esto ya que todo está en el reino vegetal y en las proporciones correctas. Los vegetales son superestrellas en nutrientes. El cuerpo sabe lo que come y cuando algo le falta, lo pide, pero, si se ha nutrido bien, dice ¡basta!


Semillas, nueces, vegetales, frutas y granos son los pilares de una buena nutrición. Todos son alimentos perfectos. En crudo o poco procesados te proporcionan, sin duda, todo lo que tu cuerpo necesita, además si les añades especias consigues sabores inigualables.

Prueba y verás.


Extraído de la conferencia ofrecida por Janice stanger, PH.D., conferenciante y escritora del libro “The perfect formula diet”, en Hawái en junio de 2011.




Lucía Madrigal                   



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